No abusar de la velocidad, ayudarse con la caja y prever las paradas hacen parte de las claves más importantes para cuidar los frenos al manejar y además, ahorrar gasolina y dinero.

Velocidades de más de 90 kilómetros por hora no sólo son prohibidas, sino que también desperdician gasolina. Los automóviles, por ejemplo, obtienen un 20 por ciento más de rendimiento en el consumo de combustible a 60 kilómetros por hora que a 90.

El mantenimiento

La primera condición para ahorrar combustible es realizar el mantenimiento del vehículo en los periodos establecidos por el fabricante.

Recuerde que motor perfectamente afinado puede ahorrar hasta un kilómetro por galón de gasolina y además ayuda a reducir las emisiones de gases que contaminan el aire.

Realice también el mantenimiento preventivo del sistema de frenos por lo menos una vez al año o cada 20.000 kilómetros. Esperar a intervenir el sistema de frenos hasta cuando falle, en cualquier taller, o solamente remendar la pieza, puede salir muy costoso.

Economice frenos

- Ayúdese con la caja. Por ejemplo, cuando descienda por montaña es recomendable que utilice el mismo cambio que necesita para subirla; así evita las altas temperaturas que conllevan un desgaste prematuro de las pastillas, la deformación de los discos y las campanas, además, de una posible pérdida en la eficacia del frenado.

- Prevea las paradas. Mantener altas velocidades o acelerar cuando se aproxima una parada hace que se desgasten innecesariamente las partes de los frenos e, incluso, las llantas.

- Respete la capacidad de carga del vehículo. Cuando se lleva exceso de peso se dificulta la frenada, lo que genera un alto consumo de los discos, las campanas, las pastillas y las bandas.

- No abuse de la velocidad. El sistema de frenos convierte la energía de movimiento del vehículo en calor, por eso, entre mayor velocidad desarrolle el carro, mayor será la temperatura que alcancen los frenos, lo que afecta la duración de todos los componentes del sistema.